viernes, 7 de septiembre de 2007

La cultura mediática en relación con la política

¿Cuál es el poder real de los medios?

Así como la comunicación es subjetiva, el poder que tienen los medios sobre la sociedad debe serlo también. Para empezar, existen innumerables fallas en el proceso de comunicación. En primera instancia está el emisor del mensaje, quien puede conciente o inconscientemente degenerar el mensaje que quiere transmitir. Seguido, está el medio en qué el mensaje es enviado, que bien puede no ser el más apropiado. Posteriormente, se encuentra el receptor, quien bien puede malinterpretar el mensaje que envió el emisor. A su vez, el feedback que tiene el sistema es cada vez mayor, puesto que ahora cualquiera que tenga acceso a la esfera de lo público, puede transmitir y recibir información de cualquier usuario. Por la pluralidad creciente en los medios de comunicación, cada vez se pierde más el poder que antes, cuando los medios eran manejados por el Estado, ostentaban.

El siguiente es un video que ejemplifica la posibilidad de cualquier persona para hacer una opinión referente a cualquier tema, en este determinado caso política, pública.




¿Qué es el imaginario colectivo?

El imaginario colectivo explica cómo a partir de los medios de comunicación vamos haciéndonos una imagen de lo que creemos que es el mundo, ya sea determinada sociedad, país, religión etc.

Como ejemplo, a los mexicanos siempre nos han visto sentados bajo un nopal vestidos con jorongo y sombrero, bebiendo tequila y comiendo chile, cuando muchas de esas costumbres se han abandonado tiempo atrás.









De igual manera a los alemanes se les imagina fríos y sobrios cuando han pasado décadas desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial.


Es decir, no tomamos en cuenta que las ideologías han cambiado y que las imágenes lo han hecho también. Lo primero que salta a la mente como definición de cualquier tema, son las imágenes que los medios de comunicación plantaron y plantan en nuestra mente, lo que constituye nuestro imaginario colectivo.


El siguiente es un ejemplo de trasgresión en segundo orden:

Todos en México debemos estar familiarizados con el fraude electoral de 1988, puesto que en gran parte frenó la democracia en nuestro país. Este ejemplo aplica como trasgresión de segundo orden puesto que se fingió la caída del sistema durante las elecciones en las que el candidato del PRD Cuauhtémoc Cárdenas derrotaba abrumadoramente al candidato del PRI Salinas de Gortari. Tras haber arreglado la falla de las computadoras, el derrotado resultó ser el antes vencedor. Se enmascaró el fraude electoral con una caída de sistema, cual fue también fraudulenta.

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