Hace poco más de diecinueve años tuve la suerte de nacer de la mano del Nintendo, del NES, la primer consola de la marca. Desde entonces los videojuegos me han acompañado a lo largo de mi crecimiento y han tenido roles importantes durante mis momentos de ocio. Me enseñaron a coordinar, a ser humilde y aceptar la derrota, a trabajar en equipo… a matar zombies, manejar armamento pesado y también viajar en el tiempo. En fin, los videojuegos se convirtieron en compañeros, algunos en amigos. Es decir, éstos formaron parte esencial de mi relación con demás niños de mi edad. En eso basábamos nuestro círculo social, en sacrificar notas académicas por scores virtuales.
Sin embargo, tener la posibilidad de gozar la última producción de Shigeru Miyamoto disminuyó así como la economía familiar. Por ende, mi salvación fue la televisión.
Ahora mi compañera fiel en vacaciones y fines de semana, era la caja que proyecta imágenes a color y sonido. Ésta era mi nexo con mi antiguo pasatiempo, en la que disfrutaba gota a gota cada comercial de los videojuegos recién salidos del horno. Como niño era influido casi al punto de la hipnosis, pero mis papás se tomaron la molestia de colocar mis pies sobre tierra firme y mostrarme la realidad. Empero, me aferro a mis sueños de la infancia y muero de ganas por hacerme de un Nintendo Wii, ya que si los japoneses (sociedad con el mayor índice de suicidios) se muestran en el comercial con sonrisas de oreja a oreja, ¿qué efecto podrá tener en un alegre latino?
Paralelo, a mi hogar llegó mi primer computadora, y con ella, el internet. No obstante, poco sabía de su funcionamiento y sólo lo utilizaba para ver imágenes de mis caricaturas favoritas, cuales eran la moda entre mis compañeros de escuela.
El tiempo pasó y llegué a mi adolescencia, durante la cual en mi afán por madurar, decidí que dejaría de ser guiado por los estereotipos, costumbre que conservo hasta la fecha. Me encuentro ahora inmerso en la música, mi pasión, que se encuentra, con respecto al resto, bastante alejada de los medios masivos: el rock progresivo. No está totalmente desvinculado el género de los medios, sin embargo no recibe tanta importancia. Prefiero convertirme en crítico que en lector de críticas, sin embargo sí me dejo influenciar por el último artículo publicado en progarchives.com. Así mismo, soy bastante susceptible a los trailers de producciones cinematográficas que abran con escenas de mucha acción o misterio.
En resumen, por más que uno quiera ser totalmente objetivo y partir con la ideología de Descartes, de desechar todo conocimiento previo para poder empezar a conocer verdaderamente, uno no puede evitar dejarse influenciar por los espectaculares, por los cortes comerciales en radio y televisión y demás medios masivos. Siempre existirá una preferencia por aquello con lo que uno está familiarizado, por lo que siempre los medios masivos tendrán gran peso en nuestra toma de decisiones.