viernes, 7 de septiembre de 2007

Lo que tenemos saturada es la cabeza

Mi cultura mediática comenzó desde temprana edad:

Hace poco más de diecinueve años tuve la suerte de nacer de la mano del Nintendo, del NES, la primer consola de la marca. Desde entonces los videojuegos me han acompañado a lo largo de mi crecimiento y han tenido roles importantes durante mis momentos de ocio. Me enseñaron a coordinar, a ser humilde y aceptar la derrota, a trabajar en equipo… a matar zombies, manejar armamento pesado y también viajar en el tiempo. En fin, los videojuegos se convirtieron en compañeros, algunos en amigos. Es decir, éstos formaron parte esencial de mi relación con demás niños de mi edad. En eso basábamos nuestro círculo social, en sacrificar notas académicas por scores virtuales.
Sin embargo, tener la posibilidad de gozar la última producción de Shigeru Miyamoto disminuyó así como la economía familiar. Por ende, mi salvación fue la televisión.

Ahora mi compañera fiel en vacaciones y fines de semana, era la caja que proyecta imágenes a color y sonido. Ésta era mi nexo con mi antiguo pasatiempo, en la que disfrutaba gota a gota cada comercial de los videojuegos recién salidos del horno. Como niño era influido casi al punto de la hipnosis, pero mis papás se tomaron la molestia de colocar mis pies sobre tierra firme y mostrarme la realidad. Empero, me aferro a mis sueños de la infancia y muero de ganas por hacerme de un Nintendo Wii, ya que si los japoneses (sociedad con el mayor índice de suicidios) se muestran en el comercial con sonrisas de oreja a oreja, ¿qué efecto podrá tener en un alegre latino?



Paralelo, a mi hogar llegó mi primer computadora, y con ella, el internet. No obstante, poco sabía de su funcionamiento y sólo lo utilizaba para ver imágenes de mis caricaturas favoritas, cuales eran la moda entre mis compañeros de escuela.




El tiempo pasó y llegué a mi adolescencia, durante la cual en mi afán por madurar, decidí que dejaría de ser guiado por los estereotipos, costumbre que conservo hasta la fecha. Me encuentro ahora inmerso en la música, mi pasión, que se encuentra, con respecto al resto, bastante alejada de los medios masivos: el rock progresivo. No está totalmente desvinculado el género de los medios, sin embargo no recibe tanta importancia. Prefiero convertirme en crítico que en lector de críticas, sin embargo sí me dejo influenciar por el último artículo publicado en progarchives.com. Así mismo, soy bastante susceptible a los trailers de producciones cinematográficas que abran con escenas de mucha acción o misterio.

En resumen, por más que uno quiera ser totalmente objetivo y partir con la ideología de Descartes, de desechar todo conocimiento previo para poder empezar a conocer verdaderamente, uno no puede evitar dejarse influenciar por los espectaculares, por los cortes comerciales en radio y televisión y demás medios masivos. Siempre existirá una preferencia por aquello con lo que uno está familiarizado, por lo que siempre los medios masivos tendrán gran peso en nuestra toma de decisiones.

5 grandes pasos a la esfera masiva

A continuación enlisto 5 ejemplos de remedación de un medio hacia otro:

1.- La épica historia escrita por el literato J.R.R. Tolkien dio un salto agigantado de las páginas a la pantalla grande en la trilogía cinematográfica dirigida por Peter Jackson, El Señor de los Anillos.




2.- Los personajes amarillos de la exitosa serie de televisión The Simpsons, aparecieron en el presente año 2007 proyectados en la pantalla cinematográfica.



3.- El álbum más vendido de los 70', The Wall, de la banda inglesa Pink Floyd, también se tradujo a imágenes en la película homónima dirigida por Alan Parker.




4.- Las obras del compositor clásico Frederic Chopin inspiraron al poeta español Gererdo Diego, quien plasmó los sentimientos provocados por la música en su colección de poemas Nocturnos de Chopin.
















5.- Superman obtuvo fuerza de acero cuando pasó de ser un héroe impreso en un cómic de DC, tanto a la televisión como serie animada, como a la pantalla grande en varias y emocionantes aventuras.

Música mediática

La manera en que los jóvenes nos hemos apropiado de la música durante los últimos cincuenta años ha ido de la mano con los siguientes aspectos:

Tecnología: En resumen, nuestro acceso a la música se limita en gran parte por la tecnología.
Desde la época en que la única posibilidad de tener acceso a la música era yendo a escucharla en vivo, hasta el punto en que presumimos nuestra colección en nuestros ipods, esta forma de arte ha llegado para quedarse en radio, televisión y cine, medios los cuales le dieron un boost mediático impresionante. Gracias a la radio y la televisión se creó el fenómeno de la música pop, de la cual nos llegan constantemente bombardeos de información del nuevo single de la banda de moda.
Se comenzaron a fabricar ídolos, personas antes comunes en las que vieron algún elemento que pudiera atraer al público, generalmente al más joven por ser el más susceptible, y los moldearon y posteriormente publicaron. Los medios les dan una difusión abrumadora para hacerlos gigantes, cuales son algunos Britney Spears, The Backstreat Boys, y en México, Paulina Rubio, difundidos en las radiodifusoras más populares, en las películas más taquilleras y en las cadenas televisivas como MTV.
La gente pasaba horas al lado del radio y la televisión para conocer el último video del single de su artista favorito hasta que la tecnología nos facilitó el acceso a la música con sólo un click. Ahora que la música se puede bajar de internet de una manera muy sencilla, la sociedad ostenta listas interminables de canciones en sus computadoras, muchas de las cuales seguramente no han tenido siquiera tiempo de oír. Imagínense llenar un ipod con capacidad de 80 gigas, ¿demasiado no?

Cultura: Así como la música, la sociedad ha divergido en una vasta cantidad de estilos y formas en lo que hoy llamamos “tribus urbanas”. La cantidad de estas tribus ha crecido al paso de los años, creándose tribus cada vez más diversas y únicas. Generalmente, cada tribu se identifica con un género de música en específico, tomándolo como bandera de su ideología y como nexo que los une como a una gran familia. Tenemos como ejemplo a los rebeldes punks, a los intelectuales góticos, a los misteriosos darketos, y ahora quienes se quisieron desvincular del poder que la industria ejerce sobre las bandas y la música en general: los indie; entre muchos otros. Cada grupo presenta sus propios bailes, una moda única a característica de cada tribu y una ideología y visión de vida diferente a su vez. La música para muchos ha dejado de ser melodías y ritmos para convertirse en una completa y compleja forma de vida.


Letras de las canciones: Los músicos, influenciados por su entorno, reflejan en las letras de sus canciones los sentimientos que implican el vivir en determinada sociedad o época. Así como la creatividad humana, el campo de temáticas para las letras es inmenso, a veces escritas nada más por el afán de expresarse y otras veces como forma de protesta.
Como ejemplo podemos considerar el movimiento hippie que cantaba en son de protesta contra la Guerra de Vietnam y otras muestras violentas y egoístas del ser humano. Asimismo, Daniel Gildenlöw, en su canción titulada “America”, del álbum titulado Scarsick, ataca fuertemente a la nación homónima en una letra cargada de reflexión que ha levantado polémica.
El video a continuación es un preview de la mencionada canción.





Sitios de expresión: Considero los sitios de expresión de la música plurales. Bien podemos encontrar al artista en la calle, en los medios de transporte, en las plazas, así como en conciertos, festivales y los medios masivos recurrentes: televisión, cine, radio e el ahora muy importante medio, puesto que permite a cualquier artista darse a conocer: el internet, con páginas como myspace.com en la que puedes publicar tus propias creaciones. Los medios se han ido refinando y ahora es fácil saber en dónde podemos encontrar qué género musical lo que hace la música hoy en día sumamente accesible.

La cultura mediática en relación con la política

¿Cuál es el poder real de los medios?

Así como la comunicación es subjetiva, el poder que tienen los medios sobre la sociedad debe serlo también. Para empezar, existen innumerables fallas en el proceso de comunicación. En primera instancia está el emisor del mensaje, quien puede conciente o inconscientemente degenerar el mensaje que quiere transmitir. Seguido, está el medio en qué el mensaje es enviado, que bien puede no ser el más apropiado. Posteriormente, se encuentra el receptor, quien bien puede malinterpretar el mensaje que envió el emisor. A su vez, el feedback que tiene el sistema es cada vez mayor, puesto que ahora cualquiera que tenga acceso a la esfera de lo público, puede transmitir y recibir información de cualquier usuario. Por la pluralidad creciente en los medios de comunicación, cada vez se pierde más el poder que antes, cuando los medios eran manejados por el Estado, ostentaban.

El siguiente es un video que ejemplifica la posibilidad de cualquier persona para hacer una opinión referente a cualquier tema, en este determinado caso política, pública.




¿Qué es el imaginario colectivo?

El imaginario colectivo explica cómo a partir de los medios de comunicación vamos haciéndonos una imagen de lo que creemos que es el mundo, ya sea determinada sociedad, país, religión etc.

Como ejemplo, a los mexicanos siempre nos han visto sentados bajo un nopal vestidos con jorongo y sombrero, bebiendo tequila y comiendo chile, cuando muchas de esas costumbres se han abandonado tiempo atrás.









De igual manera a los alemanes se les imagina fríos y sobrios cuando han pasado décadas desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial.


Es decir, no tomamos en cuenta que las ideologías han cambiado y que las imágenes lo han hecho también. Lo primero que salta a la mente como definición de cualquier tema, son las imágenes que los medios de comunicación plantaron y plantan en nuestra mente, lo que constituye nuestro imaginario colectivo.


El siguiente es un ejemplo de trasgresión en segundo orden:

Todos en México debemos estar familiarizados con el fraude electoral de 1988, puesto que en gran parte frenó la democracia en nuestro país. Este ejemplo aplica como trasgresión de segundo orden puesto que se fingió la caída del sistema durante las elecciones en las que el candidato del PRD Cuauhtémoc Cárdenas derrotaba abrumadoramente al candidato del PRI Salinas de Gortari. Tras haber arreglado la falla de las computadoras, el derrotado resultó ser el antes vencedor. Se enmascaró el fraude electoral con una caída de sistema, cual fue también fraudulenta.